La aplicación de project management a los despachos de abogados | Legal Project Management – Dr. Eduardo Silva Alvarado

Es válido decir que todos los conceptos de la Dirección y Gestión de Proyectos (Project Management) son extrapolables al sector legal, y que cada asunto o encargo legal debe ser entendido como un proyecto.

La idea central de esta afirmación es todos los elementos que componen la técnica de Gestión de Proyectos o Project Management son efectivamente aplicables al ejercicio de la profesión del abogado.

Pero antes de hablar sobre Gestión de Proyectos Legales o Legal Project Management (LPM), es importante conocer qué se entiende como un proyecto y por qué cualquier asunto jurídico puede ser gestionado de tal manera. Un proyecto es una labor o esfuerzo temporal y gradual que se lleva a cabo para crear un producto, servicio o resultado único.

LEGAL PROJECT MANAGEMENT

La aplicación de project management a los despachos de abogados

Dr. Eduardo Silva Alvarado

Eduardo.silva@funiber.org

Funiber (Fundación Universitaria Iberoamericana)

Si aplicamos los elementos de esta definición a la práctica profesional podemos inferir que los asuntos en que interviene un abogado cumplen con estas características: son temporales, únicos, se tramitan de forma gradual y culminan con un resultado final que puede ser un contrato, una sentencia, una opinión consultiva etc.

Legal Project Management o Gestión de Proyectos Legales según Susan Raridon, fundadora del Legal Project Management Institute, puede entenderse como un proceso que definen los parámetros de un asunto legal, un proceso que conlleva la planificación de la tramitación del proyecto, la gestión total de su tramitación para que al final del mismo, pueda evaluarse cómo fue gestionado.

Otra definición más simple de Legal Project Management es la metodología de trabajo que consiste en la aplicación de las técnicas y herramientas de la Gestión de Proyectos en el ámbito jurídico-legal. Para muchos despachos, departamentos jurídicos y abogados, tratar los encargos como proyectos puede parecer una carga adicional de trabajo porque requiere una inversión importante de tiempo y esfuerzo en la fase de planificación.

No obstante, conforme se pasa ese esfuerzo inicial, y en la medida en que entren nuevos asuntos, el conocimiento se irá acumulando, y los procesos de Legal Project Management se volverán rutinarios, lo cual permitirá observar las ventajas y la necesidad de trabajar los asuntos como proyectos, agilizando su desarrollo y ejecución.

“La profesión de abogados sufrirá importantes cambios en las siguientes décadas”

Es relevante tener presente cuáles son los objetivos de utilizar la metodología de trabajo de LPM en el ejercicio de la profesión, porque en última instancia lo que busca la implementación de esta disciplina es identificar y satisfacer las necesidades, reducir los costos de tramitación, aumentar la rentabilidad, conocer cómo gestionar el cambio, identificar cómo reducir y gestionar los riesgos que conlleva la tramitación de un proyecto, tener control sobre el avance de las tareas asignadas, asignar de forma adecuada los recursos necesarios para realizar el proyecto, y generar una comunicación fluida con stakeholders internos y externos implicadas dentro de la gestión del proyecto.

El Legal Project Management define el plan de ruta y los procesos esenciales para obtener resultados eficaces y eficientes.

Armoniza de forma eficiente las actividades, tareas y tiempos de la tramitación del proyecto, contemplando y ejecutándolo según las expectativas de los clientes. La profesión del abogado sufrirá importantes cambios en las siguientes décadas; grandes despachos dejarán de existir; tareas que hoy en día ejecutan profesionales del derecho, serán realizadas de manera más eficiente con poco margen de error por programas informáticos e inteligencia artificial, entre otros.

Aplicar esta metodología de trabajo debe entenderse como una oportunidad de innovación en la estructura legal, que permite desarrollar herramientas y procesos ágiles para la ejecución de las tareas de abogacía, logrando que los encargos solicitados por los clientes se ejecuten en el momento, con valor, en el lugar propicio y por la persona adecuada.

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